Dentro del Coloquio 1966, “La concesión de los bosques de Durango y el origen del movimiento del Cerro de Mercado”

Por: Dirección de Comunicación Social - 30 de agosto, 2016

En el marco del Coloquio “1966: El balance necesario. A 50 años del movimiento estudiantil y popular del Cerro de Mercado”, que organizó el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Juárez del Estado de Durango, se desarrolló la ponencia “La concesión de los bosques de Durango y el origen del movimiento del Cerro de Mercado”, impartido por el historiador Javier Guerrero Romero.

El historiador explicó que “… en la década de los 40 el Gobierno Federal respondió en 1949 con la puntilla que vendría significar el definitivo estancamiento de la entidad, ya que arguyendo razones ecológicas se decretó unilateralmente una veda sobre los bosques en el estado, recurso natural renovable de primera importancia en el desarrollo local, pues constituye aproximadamente el 50% de la superficie total. La veda establecida en medio del auge nacional por el desarrollo industrial frenó en definitiva el avance que pudiera tener Durango para salir en el proceso de crecimiento económico”.

Comentó que “… el panorama para Durango a mediados del siglo XX no era nada alentador, el avance industrial del proyecto nacional no se presentaba, el desarrollo agrícola se venía frenando por falta de infraestructura y la riqueza forestal, su principal recurso, estaba maniatada para su explotación a causa de la veda ecológica; estas eran las características presentes en la entidad durante el periodo de construcción nacional, con lo que a excepción de la Comarca Lagunera, Durango quedó rezagado con respecto a la naciente sociedad industrial”.

Guerrero Romero expuso que la madera era en sí una gran riqueza presente pero intocable en la magnitud que los industriales quisieran, el interés por el aprovechamiento de la riqueza forestal del estado motivó a los industriales en la entidad, encabezados por Gilberto Rosas a través de la Unión de Madereros de Durango, a buscar alternativas que permitieran la apertura económica y política con el levantamiento de la veda, lográndose crear Bosques Mexicanos, A.C. (BOMEX) el 7 de abril, la cual estaba constituida por un 50% de funcionarios públicos y 50% por empresarios.

Los principales beneficiarios de la veda forestal serían los industriales agrupados en la unión de madereros, pues recibirían insumos a bajo costo a los que podían darle un valor agregado con enormes ganancias, mientras los propietarios de los bosques recibían el mínimo pago por la explotación de sus tierras debido al carácter no lucrativo de la asociación civil BOMEX, ya que su fin era de interés social al permitir la apertura hacia la industrialización del estado.

La negativa de Gustavo Díaz Ordaz para ceder la concesión de los predios boscosos de Durango a la incitativa privada trajo consigo el rompimiento entre los industriales interesados y el gobierno federal, aprovechando la coyuntura que significaba el grave estado económico de la entidad.

Por ello en Durango había emigración de grandes núcleos a otras entidades, el Tecnológico local había logrado sus primeras generaciones de ingenieros que no podían integrarse a la planta industrial puesto que se carecía de ella, tenían que mandar a sus estudiantes a otras entidades, caso similar al de la Universidad Juárez que había saturado el mercado de profesionistas generando así el subempleo profesional; la industrialización sería entonces la solución de todos los problemas de la entidad.

Los estudiantes tomaron pacíficamente el 2 de junio de 1966 las instalaciones de la empresa del Cerro de Mercado, dando inicio la lucha frontal de industriales y autoridades estatales contra el centralismo federal; surgió de una ilusión, de una aspiración legítima de los duranguenses de alcanzar el desarrollo económico y social con empleos suficientes y de calidad, mediante el aprovechamiento adecuado de los recursos naturales del estado, expuso Guerrero Romero.